Los delirios son juicios falsos, que se caracterizan porque el individuo los mantiene con gran convicción, no son influenciables ni por la experiencia ni por conclusiones irrefutables y además su contenido es imposible (Jaspers, 1975).
Las características generales que suelen utilizarse a la hora de definir un delirio son:
- El balance entre las evidencias a favor y en contra de la creencia es tal que otras personas la consideran completamente increíble
- La creencia no es compartida por otros
- La creencia se mantiene con una convicción firme. Las manifestaciones o las conductas de la persona no cambian ante la prestación de evidencias contrarias a la creencia.
- La persona está preocupada (emocionalmente involucrada) con la creencia y le resulta difícil evitar pensar o hablar sobre ella
- La creencia tiene referencias personales más que convicciones políticas, religiosas o científicas no convencionales
- La creencia es fuente de malestar subjetivo o interfiere con el funcionamiento social de la persona y con sus ocupaciones
- La persona no dice que lleva a cabo esfuerzos subjetivos para resistirse a la creencia
LAS DIMENSIONES DE LOS DELIRIOS
Inmodificabilidad, incorregibilidad o fijeza
Esta característica hace referencia al mantenimiento del delirio a lo largo del tiempo, a pesar de las evidencias en contra. Es uno de los aspectos centrales del concepto de delirio. En el tránsito de un estado delirante a uno no delirante, el sujeto pasa por una fase intermedia en la que es capaz de cuestionar la validez de sus creencias delirantes, aún sin abandonarlas totalmente. En este momento la confrontación terapéutica puede obtener resultados.
Por otro lado la inmodificabilidad se basa en que el delirante se encuentra repetidamente con evidencias contrarias a su creencia, sin embargo en ocasiones esto no es así, porque otras personas, aún sabiendo de la imposibilidad de la creencia, le dan la razón por no discutir o no enfrentarse a la persona.
La intensidad o convicción
Esta dimensión se refiere al grado de convicción que muestra el sujeto.
La ausencia de apoyos culturales
La irracionalidad de una idea viene definida en parte por el consenso social
La preocupación
Los pacientes con delirios están continuamente rumiando sus ideas y emplean buena parte de su tiempo en reafirmarlas y expresarlas. Esto, en parte, puede estar relacionado con el hecho de que las creencias delirantes suelen implicar diversas áreas de las relaciones y vida del paciente y suelen ser sobre cosas o individuos que tienen una conexión con el delirante, lo que les convierte en ideas autorreferenciales. Esta característica no es exclusiva de las ideas delirantes, sino que también está presente en otras ideas inusuales, como las obsesivas o las sobrevaloradas.
Implausibilidad
Esta característica se refiere a la cualidad extravagante del delirio y está relacionada con la característica de falsedad, ya que se aparta de la realidad consensualmente determinada.
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE DELIRIOS Y OTRAS CREENCIAS ANÓMALAS
Ideas sobrevaloradas vs. Delirios
Las ideas sobrevaloradas son creencias con distinto grado de plausibilidad, que están emocionalmente sobrecargadas y tienden a preocupar al individuo y dominar su personalidad. Son similares a los delirios en cuanto a la implicación emocional, pero difieren en que las ideas sobrevaloradas pueden ser comprensibles en términos de la experiencia. Se suelen centrar en cuestiones sociales, políticas y religiosas, mientras que los delirios son mucho más personales, tienen un componente autorreferencial.
Las ideas sobrevaloradas se centran en un único tema, mientras que una persona delirante, puede mantener varios delirios a la vez
Ideas obsesivas vs. Delirios
Ambos comparten la preocupación en la persona que los mantiene, pero las personas con ideas obsesivas suelen reconocer lo absurdo de sus creencias y luchan contra ellas, experimentándolo como una intrusión en su conciencia ni deseado ni voluntario.
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