Teniendo en cuenta los múltiples síntomas que presenta el Trastorno Límite de la Personalidad, es lógico que este trastorno se presente junto con otros trastornos del Eje I, como son los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad (especialmente pánico y TEP), abuso de sustancias y trastornos de alimentación (mayor incidencia de bulimia nerviosa).
La depresión que experimentan las personas con TLP está más asociada con sentimientos de soledad y vacío y una prolongada alteración de sus relaciones personales.
También es frecuente que el Trastorno Límite de la Personalidad sobrevenga junto con otros trastornos de personalidad, como el histriónico, el dependiente, el antisocial y el esquizotípico.
No obstante, existen diferencias con estos trastornos de personalidad, ya que en el TLP la explotación de los demás es una respuesta hostil e impulsiva a la desilución, mientras que en el trastorno antisocial supone un esfuerzo calculado por obetener un beneficio personal. La sexualidad también es un punto de diferenciación entre histriónicos y limítrofes, ya que los primeros tienden a dotar a las situaciones de un carácter erótico y mostrarse seductores en cualquier escenario, aunque sea inapropiado. El prototipo de esquizotípico carece de la emocionalidad del limítrofe, y tiende a mostrarse más aislado, huraño y extravagante.