Las personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) muestran una pauta de conducta caracterizada por impulsividad e inestabilidad en sus relaciones interpersonales, su auto-imagen y su afectividad.
Los sujetos con TLP tienen una imagen muy inestable de sí mismos, y lo mismo se aplica a sus relaciones. Suelen tener un historial de relaciones personales intensas y atormentadas, con la idealización de amigos y amantes, que posteriormente deviene en la desilusión. Su temor acusado a ser abandonados les hace realizar frenéticos esfuerzos por evitar ese abandono, real o imaginario.
Su estado de ánimo es inestable, y se caracteriza por súbitos cambios de humor, y sentimientos crónicos de vacío, que se asocian a su incapacidad para tolerar la soledad.
Su enorme inestabilidad afectiva, combinada con sus altos niveles de impulsividad, les suele llevar a mostrar conductas autodestructivas, como apostar o gastar dinero sin control, darse atracones, abusar de sustancias, realizar prácticas sexuales poco seguras o conducir temerariamente. Los sujetos con un Trastorno Límite de Personalidad frecuentemente amenazan con el suicidio y suelen automutilarse (por ejemplo, cortándose). Esta conducta autolesiva se asocia con un alivio de la ansiedad e incluso podría asociarse con analgesia. Respecto a los intentos de suicidio, no deben ser tomados a la ligera, ya que aproximadamente el 8% lo lleva a la práctica.